Mientras la ciudadanía paga las consecuencias de los embotellamiento, lo que genera molestia y hartazgo entre la población.
Córdoba, Ver.- Claro y evidente el
montaje del supuesto apoyo que manifestaron taxistas en favor de las candidaturas
priístas de Héctor Yunes Landa y Juan Manuel del Castillo González, a
gobernador y diputado local respectivamente, cuando un centenar de taxistas
obligados por sus líderes entorpecieron la circulación vehicular en el centro
de la ciudad de Córdoba.
Fiel a la costumbre priísta de
movilizar a las agrupaciones sindicales y organizaciones de obreros, campesinos
y trabajadores de los diversos sectores, un grupo de taxistas circularon a baja
velocidad con cartulinas que les fueron entregadas a los dueños de los taxis
por parte de los líderes que les favorecieron con concesiones, pagando así como
es elección tras elección el apoyo condicionado.
En las cartulinas expresaban el apoyo a
Héctor Yunes Landa y Juan Manuel del Castillo, uno senador con licencia y el
otro aún Subsecretario de Finanzas, quien se ha dedicado a hacer proselitismo
desde hace meses en los 3 municipios que conforman este distrito, aprovechando
recursos de la federación y cada evento que se realiza por parte del gobierno
del estado.
En una clara afrenta al Organismo
Público Local Electoral (OPLE), los taxistas realizaron un evidente acto de
campaña y en algunos carteles señalaban: “Héctor y Juan Manuel dúo perfecto,
estamos listos”.
A decir de algunos trabajadores del
volante que participaron en la caravana de autos de alquiler, afirmaron haber
recibido ofrecimientos por parte de sus líderes de vales de gasolina. En muchos
de los casos, estos fueron forzados a acudir, pues es parte del pago que deben
realizar los patrones por haber recibido las concesiones condicionadas para
apoyar en actos como estos a los candidatos priístas.
Cabe destacar que quien ha sido uno de
los principales protagonistas en vaciar las arcas estatales, al fungir como Subsecretario
de Finanzas, durante las últimas semanas ha venido realizado actividades de
proselitismo en Córdoba, Yanga y Amatlán, siempre aprovechando la entrega de
recursos económicos o en especie por parte del Gobierno Federal y con recursos
públicos del Gobierno del Estado.
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